Desarrollo de la Motricidad Fina

Pequeñas manos, grandes habilidades.

Uno de los objetivos clave es fomentar el desarrollo de la motricidad fina, que hace referencia a la habilidad para controlar y coordinar los músculos pequeños, como los de las manos y los dedos. A través de actividades como el juego con bloques, la manipulación de objetos pequeños, el dibujo y el uso de herramientas como pegatinas o pinceles, los/as niños/as mejoran su destreza y precisión. Este desarrollo es fundamental para que puedan realizar tareas cotidianas como vestirse, comer o escribir a medida que crecen.

En esta etapa, los/as pequeños/as desarrollan la capacidad de manipular objetos de manera más compleja. Por ello, en el aula, se promueven actividades que estimulan la creatividad y la concentración, ayudando a los niños a fortalecer la coordinación mano-ojo y a explorar su entorno de manera autónoma y segura. Así como garabatear, coger o agarrar objetos, utilizar juguetes de arrastre, encajar cubos, bloques de construcción, manipulando libros…

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